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soy miguel tengo 22 años estudio en el seminario me gusta ayudar a las personas ser buen estudiante

jueves, 20 de mayo de 2010

EL DON DEL TEMOR DE DIOS


El don del temor nos suscita temor de ofender a Dios, humildemente reconociendo nuestra debilidad. Sobre todo: temor filial, que es el amor de Dios: el alma se preocupa de no disgustar a Dios, amado como Padre, de no ofenderlo en nada, de "permanecer" y de crecer en la caridad (cfr Jn 15, 4-7). 

EL DON DE SABIDURÍA



El don de la Sabiduría ilumina la mente para discernir y apreciar las cosas de Diosante las cuales los gozos de la tierra pierden su sabor, mientras la Cruz de Cristo produce una divina dulzura, de acuerdo a las palabras del Salvador: “Toma tu cruz y sígueme, porque mi yugo es dulce y mi carga ligera”.

EL ESPÍRITU SANTO ES EL GRAN DESCONOCIDO POR LAS ALMAS



 El Espíritu Santo es fruto de la muerte de Jesús en la Cruz: "Cuando Jesús probó el vinagre, dijo: Todo está consumado. E inclinando la cabeza entregó el Espíritu"Juan 19, 30.

El Espíritu Santo es enviado por el Padre y el Hijo. El Espíritu Santo nos hace semejantes a Cristo, y por Cristo somos Hijos de Dios.
Somos Hijos del Padre, Hermanos de Cristo, en el Amor del Espíritu Santo.

Conocemos al Padre, y al Hijo, sin embargo, el Espíritu Santo es el gran desconocido por muchos.



El Espíritu Santo, que es Dios junto con el Padre y el Hijo, es el fiel esposo de nuestras almas. 


El Espíritu Santo permanece cerca de nosotros, y sin embargo no le conocemos lo suficiente, no le tratamos como debiéramos.
Es imposible alcanzar santidad alguna si no tratamos al Espíritu Santo.

Todos los Santos han tenido un trato especial con Él. De ahí la gran importancia de conocerlo mejor.

miércoles, 19 de mayo de 2010

PASTORES

Jesucristo nuestro mejor amigo


"Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos si hacéis lo que yo os mando" (vv. 13,14).




Jesucristo nos invita a estar unidos a Él, así como él lo está a nosotros: "Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí" (v. 4). Es una invitación con promesa: "Si permanecéis en mí y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queráis y os será hecho" (v. 7). Él nos amará con verdadero amor: "Como el Padre me ha amado, así también yo os he amado; permaneced en mi amor. 
  


Hoy más que nunca, y en especial la juventud, anhela tener un verdadero amigo que no le falle, que sea su fiel confidente, que se la juega cuando hay que afronta dificultades, que sea sincero, etc.

martes, 18 de mayo de 2010

MEDITACIÓN SOBRE EL MINISTERIO SACERDOTAL

Es San Pablo quien, en su Carta a los Corintios, define a los sacerdotes: "servidores de Cristo y administradores de los misterios de Dios. Ahora bien, lo que en fin de cuentas se exige de los administradores es que sean fieles´´ (1 Co 4,1). Juan Pablo II, en el tema VIII de su libro “Don y Misterio”, sus memorias escritas y publicadas al cumplir sus Bodas de Oro sacerdotales, medita agudamente este texto: “el administrador no es el propietario, sino aquel a quien el propietario confía sus bienes para que los gestione con justicia y responsabilidad. El sacerdote recibe de Cristo los bienes de la salvación para distribuirlos entre las personas a las cuales es enviado. Es por tanto, el hombre de la palabra de Dios, el hombre del sacramento, el hombre del misterio de la fe´´. La vocación sacerdotal es el misterio de un "maravilloso intercambio" entre Dios y el hombre. El hombre ofrece a Cristo su humanidad para que El pueda servirse de ella como instrumento de salvación, casi haciendo de este hombre otro sí mismo”.

a ver que pasa

Jesucristo, Sumo y Eterno Sacerdote

Cuando Dios elige ministros suyos, deja a su Verbo la elección.
Porque han de continuar sus mismos misterios


Jesucristo, Sumo y Eterno Sacerdote
"Os he llamado amigos, porque os he manifestado todo lo que he oído a mi Padre. No me habéis elegido vosotros a mí, soy yo quien os he elegido y os he destinado a que os pongáis en camino y deis fruto, y un fruto que dure" (Jn 15,15).

Jesús entrega su amistad y pide la nuestra. Ha dejado de ser el Maestro para convertirse en amigo. Escuchad como dice: Vosotros sois mis amigos... No os llamo siervos, os llamo amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer…En aras de esa amistad, que es entrañable, que es verdadera y ardorosa, desea atajar a los que aún pudieran no hacerle caso. "No sois vosotros -les dice- los que me habéis elegido, soy yo quien os he elegido".

martes, 4 de mayo de 2010

Seguidor de Jesus

Ser discípulo de Jesús es tener un compromiso entre tú y él. Ser discípulo de Jesús es seguirlo. Si tú has recibido a Jesús en tu corazón vas a tener ganas de seguirlo. Él te ha llamado y te va a llevar adelante. Un discípulo también es alguien que es aprendiz o alumno de un maestro, a quien le puedes seguir el ejemplo.

Lo siguiente te ayudará a caminar con él:

Leer la palabra de Dios - es la carta personal de Dios a ti y a mí

Orar - puedes hablar personalmente con él

Tener comunión con otros discípulos

Si estás lleno del Espíritu de Dios y de la palabra de Dios, vencerás contra las tentaciones y ganarás las batallas que vienen en contra de tu alma.


Hay tres grupos de seguidores:
Las Multitudes - esta gente busca la emoción de lo que está sucediendo.

Los Seguidores - siguen los milagros, siempre quieren ver más.

Los Discípulos - verdaderos seguidores de Jesús. Discípulos verdaderos permanecen en su palabra.

Estás en una de esas tres categorías - la multitud, lo cual no te llevará al cielo. Siendo un seguidor, no necesariamente tienes seguro tu sitio allá. Pero siendo un discípulo es lo que te llevará al cielo, porque creerás sus palabras. Él dijo, "Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos." Así que un seguidor no necesariamente continua en la palabra del Señor, como tampoco un miembro de la multitud, pero un discípulo es "el disciplinado" que en verdad continua en la palabra del Señor.

Yo soy el camino, la verdad y la vida

Solemos decir que "la vida es un camino". Y es verdad. Lo comenzamos al nacer y lo terminamos al morir. N. ha terminado su recorrido, su camino de etapas, con X años. Y ha llegado a la meta.


Hacer solos este camino de la vida a veces es penoso. La fe nos dice que no caminamos solos. Que el Señor viene con nosotros. Nos lo acaba de decir el Evangelio al hablarnos de aquellos dos discípulos que se dirigían a un pueblo llamado Emaús. Sin ellos darse cuenta, iban acompañados por Uno al que luego reconocieron. En ocasiones, como ellos, tampoco nosotros nos demos cuenta de que el Señor camina a nuestro lado.

Y sin embargo cuando todo parece que se hunde, cuando no encontramos sentido a la vida, cuando estamos más abatidos Jesús, el Señor Resucitado, nos sale al encuentro y nos habla. Y con su palabra nos mete en la verdad de las cosas, nos descubre el sentido de los acontecimientos y, además, se pone a recorrer con nosotros el camino de nuestra vida, como lo hizo con los de Emaús.


Ser cristiano es tener la suerte de habernos encontrado con Jesús, como aquellos discípulos. Ser cristiano es ir descubriendo por propia experiencia personal, sin que nadie nos lo tenga que decir, que Jesús es el que da sentido a toda la vida, que Jesús es la alegría, la norma, el criterio a seguir, el principio y el fin de todo. Ser cristiano es poder decir, desde la propia experiencia, que Jesús es el Camino, la Verdad y la Vida.

1.-En primer lugar, DESCUBRIRLO COMO CAMINO.
Si El es el camino a seguir, habrá que subir con El las cuestas arriba (los momentos dolorosos) como habrá que bajar con El las cuestas abajo (los momentos alegres y gloriosos). La vida tiene de todo: luces y sombras, nubes y sol radiante, penas y gozos. Lo importante es que nos acompañe la luz de la fe y la compañía del que se sabe el camino.

2.- En 2° lugar DESCUBRIR A JESUS COMO VERDAD. Descubrir que la única verdad es vivir para amar. "El que no vive para servir, no sirve para vivir". El hombre sólo es hombre en el amor: cuando se acerca al que sufre y al que está olvidado.

3.- En tercer lugar, DESCUBRIR A JESUS COMO VIDA. La vida sólo nos viene del amor de Dios, de amarle y de sentirnos amados por El. Lo mismo nos pasa a nosotros: somos felices en la medida en que damos vida haciendo felices a los demás, o recibimos de los otros acogida, comprensión, calor humano.

Este es un modo de caminar por esta vida. Siguiendo a Jesús por sus Caminos, viviendo en el amor que es la Verdad y dando y recibiendo Vida ayudando y sirviendo. Esta es una manera honda, lúcida, de entender la vida.

Como los discípulos de Emaús le decimos al Señor: "Quédate con nosotros". Y El a su vez nos dice a nosotros: poneos a mi mesa que yo os iré sirviendo.
Que el Señor en su misericordia nos ayude a vivir con la certeza de que El camina a nuestro lado y nos sostiene.